Como mi linda muñeca tiene un poquito de tos,
yo que enseguida me aflijo hice llamar al doctor.
Serio y callado a la enferma largo tiempo examinó,
ya poniendole el termómetro
ya mirando el reloj.
La muñeca estaba pálida
y temblaba de emoción,
al fin el médico dijo,
bajando mucho la voz:
esta tos sólo se cura
con un caramelo o dos.
Aquella poesía mi mamá me recitaba de niña cuando estaba enferma y tenía que tomar los dulces o amargos jarabes (que luego venían con su caramelo de menta); y ayer, la escena más bonita y recordada de mi infancia, se volvió a dar a mis 20 años. Le pedí a mamá que me recitara otra vez la poesía de la muñequita enferma, y ella lo hizo sin olvidar una palabra mientras yo tomaba mi jarabe para ésta tos.
Ojo: La tos realmente la tengo y ese día mientras mamá recitaba la poesía, y yo tomaba el jarabe, le pude encontrar a la gripe un lado bueno: recordar a mamá cuando era niña, mientras me recitaba.
1 comentario:
amia que linda canción es aquella, a mi no me la cantaban pero debe tener una linda melodía. La parte que m´ñas recuerdo yo de mi infancia es a mi mami con su guitarra en mi cumple, jeje. Te quelo.
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