viernes, 3 de agosto de 2007

El azul de mi amor


Rocíos nocturnos soban su nuca, y bajan con fogosidad hasta su última vértebra. Manos escurridizas sujetan con victoria aquellos senos hinchados por la luna, mientras se colorean de rosa en la habitación azul que tanto le gusta.




Sus cabellos desordenados por la pasión, se enredan en los pendientes que lleva puestos, cuando él trata de susurrar un te amo con húmedos besos.




Ella cierra los ojos para pintar la escena en la galería de arte de su memoria, y sólo disfrutar con entrega los ósculos que llegan hasta su sombra.




Es elegante al tocarla y desenfrenado al desvestirla. Delicado al besarla, y apasionado al poseerla. Una mezcla de semi dios que la hace sentir en gloria, llegando a ser la reina de su azulada habitación.








Ella se regocija, disfruta y a través de la almohada sujetada por sus dientes se filtran llantos, gemidos, risas, gritos de satisfacción y amor por el potro que la monta.








Sonríen exhaustos y miran el cielo, donde se encontraban amándose para contar las estrellas de la noche despejada. Y ellos acurrucados como fieras amaestradas se acarician en la oscuridad de la habitación azul, donde el incienso refresca la mixtura de sus cuerpos; y así se entregan intercambiando anhelos, planificando metas y declarando su amor hasta que los ojos se cierren por el cansancio corporal, para poder mirar sus cuerpos desnudos en el amanecer. Y decir una vez más te amo.

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