sábado, 28 de abril de 2007

Ensayando


Llegaste a mi como jugando.
Aquel juego que visualicé en los colorines de mi pensamiento, cuando te vi mirándome, después de tratar de respirar un poco de optimismo.

Optimismo que necesitaba para creer que podía seguir adelante en mi nueva vida y en atreverme a experimentar situaciones con dimensiones desconocidas e inexploradas por mi razonamiento intuitivo y mi instinto femenino.

Al ritmo de tu voz, la experimentación no tardó. Y con melodías armónicas y silencios ensordecedores la búsqueda empezó. Yo buscaba mi espacio, mis límites, la exploración a destrezas nuevas; tú, en cambio me buscabas con susurros que llegaban a mí como caricias de aire fresco y matinal sobre la nuca que recorría hasta llegar al final de mi última vértebra.

Entonces empecé aquel juego que visualicé en los colorines de mi pensamiento cuando te vi mirándome por primera vez. Tú ya te habías atrevido a jugar y me invitaste a ser protagonista de tu historia, en medio de luces, texto, telones, tablas, movimientos, música, voces y talento.

Acepté mi personaje, y tu asombro por la respuesta fue grande. Tú no lo podías creer; menos yo.

Luego, la búsqueda fue más seguida y las exploraciones más ricas. Mi búsqueda eran tus ojos y mi exploración eran tus deseos. Tú búsqueda eran mis labios, y tu exploración era mi cuerpo.

...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es lo más intenso que he leído de tí hasta el momento. Revela a una Maria José completa y conocedora de sus propias querencias. Felicidades amix. Super